Tortura y ´Ruido de tijeras´

Un grupo de jóvenes de Caravaca(Murcia) graba un cortometraje basado en un verdugo del franquismo

JOSÉ Mª ESPARZA El caravaqueño Jesús López Melgares, ´Susi´, se ha embarcado en la grabación de su primer corto, de 25 minutos, basado en un torturador del franquismo. La producción se ha realizado con muy pocos medios, con un presupuesto de unos 400 euros y entre varios amigos que han trabajado desinteresadamente para sacar adelante Ruido de tijeras.

La idea nació de un joven estudiante de Hispánicas de 26 años que comenzará este curso un máster de ´Guion y cine´ en Salamanca, apasionado de la literatura y del séptimo arte, que afirma encontrar en los sucesos periodísticos una gran fuente de inspiración para escribir obras. Para desarrollar este guion, Susi se fijó en la historia de un torturador del franquismo llamado Billy el Niño. En un principio, elaboró una obra de microteatro en tres escenas, con dos monólogos y un diálogo que ha acabado adaptando al cine. De ahí «que tenga tanto diálogo el cortometraje», confiesa el director y escritor del proyecto. El guion tardó en elaborarlo más de cinco meses, aproximadamente por octubre del pasado año, y afirma que la idea no habría salido adelante sin el empeño de Juan Antonio Ros, director de fotografía del proyecto, que leyó el guion, creyó en la obra y lo convenció para filmarlo. Ambos reconocen que tampoco hubiera sido posible sin la ayuda desinteresada de un equipo en el que todos son imprescindibles.

La fase de preproducción comenzó en abril y el rodaje se inició a principios de agosto; fueron cuatro jornadas de más de quince horas de trabajo, que el director cataloga como «una experiencia muy ilustrativa», aunque muy dura, ya que «hasta que no te metes, no sabes lo que hay». Actualmente se encuentra en fase de postproducción, concretamente de montaje, por lo que confían en que para finales de año pueda estar listo y ser presentado a los festivales a los que lleguen dentro de plazo. La música la realizarán también entre Susi, Ros y Leticia, la hermana pianista del primero.

En el proyecto se han volcado de manera altruista dos actores profesionales que viven del teatro, Javier Soto y Fernando Ripoll, además de varios amigos de Caravaca y alguno de Murcia. En total, han trabajado conjuntamente alrededor de doce personas, que por medio de favores y equipo propio han conseguido el material para poder llevarlo a cabo.

La escasez de presupuesto, aportado en gran parte por los precursores del proyecto, ha puesto en marcha su imaginación, hasta el punto de fabricarse equipo propio, como una grúa y un soporte con manguitos de pvc para poder realizar ciertos planos. Ros reconoce que, a pesar de ser un proyecto de muy bajo presupuesto, «hace más el que quiere que el que puede» y en internet hay infinidad de videos e información de la que valerse. Además, como el corto cuenta con dos localizaciones en un único escenario, consiguieron que el Ayuntamiento les cediera la llave del antiguo colegio Nuestra Señora de la Consolación, en el centro de Caravaca, que lleva cerrado quince años.

Capacidad de supervivencia

´Prometeo´, nombre en clave con el que el extraño torturador ´Jesse James´ bautiza a su presa, despierta en una sala ruinosa, magullado y atado de pies y manos. El torturador sienta las bases del juego, abre un maletín repleto de tijeras y empieza el interrogatorio. ´Prometeo´ tendrá que ahondar en su pasado y medir su capacidad de supervivencia para poder escapar con vida.

La obra mezcla referencias a la mitología griega –con referencias al fuego, el cual robó Prometeo a los Dioses para dárselo a la humanidad y por el que fue castigado– junto con el western americano para acabar consiguiendo una atmósfera de cine negro y thriller de los 80. Cuenta con la influencia fotográfica de las simetrías de Kubrick, referencias visuales del minimalismo en Hunger, de Steve Mcqueen, y la idea de mucho guion y pocos espacios a lo Reservoir Dogs de Tarantino, aunque «muy alejados de su peculiar forma de entender la violencia», reconoce el director, que, a pesar de sus influencias, intentó conseguir un corto «poco pretencioso». De ahí que se haya rodado en un único espacio y con la interpretación de dos actores exclusivamente.

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