"Caravaca Jubilar Corporation"

Articulo del concejal y portavoz de UPyD Caravaca, Miguel Sánchez sobre Caravaca Jubilar S.A.

Durante todo aquel año, por la cabeza de nuestro joven amigo Kato solo rondaba una idea, volver a Caravaca. Su color, su olor, sus gentes le habían cautivado de tal manera que anhelaba volver a aquella bonita villa, y con sus ahorros y un poco de suerte establecerse en ella durante algún tiempo. Tenía un buen dominio del español, tanto como un oriental puede tener, y había cursado estudios de historia y sociología en la universidad de Tokio.

¡Si eso haría!, estudiaría la historia y costumbres de aquellas gentes. Estaba decidido.

En la primavera de dos mil veinte Kato regresó a Caravaca. Lo primero que hizo fue alquilar una casita en la Cuesta de la Cruz, y después de una visita por los lugares a los que en aquellas largas noches de vela había soñado en volver, y una vez los hubo disfrutado, respirado, olido e incluso palpado, se encaminó decidido hacía la "Casa de la Cultura" . Una vez allí se puso manos a la obra, empezó a consultar libros, y antiguos recortes de prensa. Así trascurrieron las siguientes semanas de nuestro amigo en la Ciudad Santa: paseos matutinos por las Fuentes del Marqués, buen yantar, no pocas tertulias con los agradables lugareños, y largas horas en la biblioteca.

Una mañana hizo un descubrimiento que le llamó la atención sobre manera, en un viejo y corroído periódico encontró un artículo en el que se hablaba de un ente denominado "Caravaca Jubilar", atraído por aquella institución interpeló al bibliotecario a fin de que le facilitara información al respecto, pero al oír tales palabras, al funcionario de la biblioteca le cambió la expresión, de un tono alegre y extrovertido se mudó en osco, e impertinente.

Durante los siguientes días Kato, se dedicó a preguntar a los que hasta ese momento, se habían comportado como simpáticos y afables vecinos, pero uno por uno y sin excepción iban repitiendo el gesto del bibliotecario. ¡Que raro!, ¿porque nadie quería hablar de aquello que un día se llamó "Caravaca Jubilar"?.

Esto causó en Kato, precisamente el efecto contrario y como buen historiador se centró en estudiar en profundidad el tema, y en descubrir que había pasado con aquella extraña institución. Se encerró en la biblioteca y haciendo un exhaustivo estudio de hemeroteca, recopiló los ejemplares del diario el Noroeste de los años 2.010, 11, y 12, así como los artículos de la prensa regional, la Verdad y la Opinión de las mismas fechas y que hablaran sobre el particular.

Aquel ente desapareció a comienzos de 2.012, en su lugar se constituyó un consorcio formado por tres patas a saber, Ayuntamiento, Cofradía y Comunidad Autónoma al frente del cual se colocó una persona de la cuerda del partido en el poder.

Centrándose en Caravaca Jubilar, Kato descubrió que a mediados de 2.011 esta institución era una ruina, un lastre, y un verdadero quebradero de cabeza para el Ayuntamiento de Caravaca, la situación era muy simple no había dinero para hacer frente a las nóminas de los casi cuarenta trabajadores que había en plantilla, pero no solo esto sino que la deuda con la Cofradía ascendía a más de 200.000 euros.

Kato, embebido en el tema, siguió ojeando una tras otra las noticias de prensa en las que se citaba a aquella entidad. Descubrió con estupor que "Caravaca Jubilar" había podido ser la gallina de los huevos de oro, que tanto la Comunidad Autónoma como el Ayuntamiento habían inyectado millonarias cantidades de dinero, sin ir más lejos recopiló un artículo de 2.011 en el que se reconocía por el propio Consistorio que entre la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento aportaban al Consorcio 1,1 millones de euros, pero no solo esto, nuestro amigo venido de oriente también descubrió que otra de las fuentes de ingresos de la entidad eran las visitas a los museos por las que los peregrinos abonaban 3 euros por persona. Ahondando en el tema Kato encontró un oficialista a la par que triunfalista artículo escrito en un diario de tirada regional en el que se facilitaban unos datos que a Kato le resultaron de sumo interés, casi un millón y medio de peregrinos habían dirigido sus destinos a la Ciudad Santa en 2.010, de los que 184.721 habían visitado los museos gestionados por Caravaca Jubilar (A 3 euros por persona…)

Los dirigentes de esta sociedad, presumiblemente afines al partido de gobierno, dato que Kato no pudo contrastar, tenían unos ingresos desorbitados, en contraposición con las modestas nóminas de los trabajadores de la citada entidad, por ahí pudo venir el primer problema. Pero no el único, por cuanto aún contando con esto, y habida cuenta del cuantioso dinero que se manejó, solo desde el punto de vista de una nefasta gestión se puede entender lo sucedido.

¿La crisis?, fue la excusa más utilizada por los dirigentes y políticos responsables, Kato está convencido de que no, solo con los ingresos obtenidos por la visita a los museos y las suculentas ganancias a través de la venta de recuerdos que esta empresa facturó durante el año 2.010 hubiera bastado para hacer frente a las nóminas de los trabajadores durante algunos años.

Por último, los grupos de la oposición, se cansaron de pedir una auditoría externa que aclarara las cuentas de la entidad, pero transcurridos 8 años aquellas interpelaciones pasaron a dormir el sueño de los justos.

Llegado este momento, Kato entendió porque ningún lugareño quería hablar sobre el tema, y fruncía el ceño cuando se le recordaba la que ya había pasado a ser una penosa y triste historia de la ciudad.

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